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Nuestra Historia

Cada botella de Casa Marín es un homenaje a la tierra, las parras, el viento y el mar, pero también a la determinación de quienes creen que la vida merece ser celebrada. Nuestros vinos no son solo una bebida, son un premio: un reconocimiento a los momentos que nos recuerdan lo extraordinario de lo cotidiano.

Porque en Casa Marín, celebrar la vida está en nuestra naturaleza.

Casa Marín nació de un sueño audaz liderado por María Luz Marín, la primera mujer enóloga de Chile. En el año 2000, desafió las normas establecidas de la viticultura chilena al apostar por la producción de vinos blancos de alta gama, una idea revolucionaria en su tiempo. Además, tuvo la valentía de plantar viñedos en Lo Abarca, un rincón costero con condiciones extremas, considerado inadecuado para el cultivo de la vid. Su visión transformó este territorio en un terroir excepcional que hoy da vida a vinos únicos y galardonados a nivel internacional.

Hoy, la nueva generación, representada por Jamie Verbraak, Felipe Marín y Nicolás Marín, continúa este legado pionero. Combinando experiencia, creatividad e innovación, trabajan juntos para llevar la esencia de Casa Marín a nuevas alturas, sin perder de vista la conexión con la naturaleza y el compromiso con la calidad que define a la viña.

Cada botella de Casa Marín es un homenaje a la tierra, el viento y el mar, y a la visión de María Luz Marín, la primera mujer

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